miércoles, 27 de julio de 2011

La llegada al Mundo de Colón. 26/7/2011



Esta es la continuación de la anterior entrada. Como observaréis, sigo sin pegar ojo a las cuatro de la mañana.

... Lo que vino luego de mi viaje relámpago a NYC fue un viacrucis de posturas en los asientos de mi puerta de embarque para cerrar los ojos siquiera un minuto. Dolorido y sin poder conciliar el sueño, a las dos de la madrugada opté por perder la vergüenza y montarme un campamento mas cómodo, pero no demasiado digno. Tampoco había mucha gente en la terminal y además en NYC a nadie le importa lo que haces. Había visto un tipo practicando yoga antes de embarcar al comienzo de la noche. Tendí en la moqueta la manta con la que nos habían obsequiado en el aeropuerto a los cuatro gatos que pasábamos allí la noche, saqué el saco de dormir y me puse la mochila de almohada. No tardaron en imitarme otros viajeros.

Llegaron las cinco y media de la mañana y desperté por intuición, pues el móvil estaba sin batería y no tenía adaptador. Recogí el campamento, fui al baño a lavarme la cara y cambié unos euros a dólares. El avión nos embarcó a las seis y media y partimos a San José en un viaje sin contratiempos.

La llegada esta mañana fue en medio de nubes. Aquí es época lluviosa, amanece soleado a las cinco de la mañana y a partir de medio día llueve torrencialmente, aunque hoy no lo ha hecho. Llegué a mi albergue, me desprendí de las alforjas y revise los emails. Estaba agotado por el viaje, pero no tenía sueño. Me di una ducha y me fui a dar una vuelta y a comprar algo de comer, un sacapuntas y un adaptador de enchufes europeos. Por cierto, que no es barato este país. Se paga en colones y dólares americanos.

Después pasé la tarde leyendo y reposando hasta que a las seis de la tarde hora local, me entró un sopor incontenible y me dormí en la litera hasta hace apenas una hora y media. Cosas de los trastornos horarios, supongo. Hay un buen puñado de viajeros, algunos solitarios como yo y todos de procedencia ignota, porque no he encontrado a nadie que se preste a conversar, la verdad. Ni siquiera el rubicundo espigado al que le he regalado uno de los dos bocadillos que he preparado porque me había saciado con el primero.

Mañana iré a ver no sé qué volcán y pasado bajaré hasta la zona del Pacífico Sur, a un pueblo llamado Pérez Celedón, donde me espera un conocido de mi tía Montse. Y luego, ver venir. Tengo tiempo y ausencia de prisa.
Este blog es provisional a la espera de que se solucionen algunos fallos técnicos del oficial. Cuando esté listo colgaré la bitácora en facebook. No prometo una actualización diaria, pues no tengo ordenata y dependo de cibers y demás. Pero bueno, ya iréis sabiendo de mí.

Abrazos.

1 comentario:

  1. Disfruta Mikel!!! seguiremos tus aventuras vía Blog... quizá con suerte coincidamos un dia y podamos hablar por chat un rato. Un abrazo de un amigo que extrañará tus ocurrencias...

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